Desde hace algunos días el volcán Popocatépetl que tenemos tan cerquita anda bravo: ha registrado miles de exhalaciones, explosiones moderadas y leves, etc.
—Tocamos madera— ¿Sabes cuál es el protocolo de actuación ante un incremento de la actividad de este volcán? ¿en qué momento y quién decide cuando cambia el semáforo de alerta volcánica? ¿qué escenarios y qué planes de contingencia ya existen? Acá te contamos todo lo que debes saber al respecto.
El Popocatépetl
Primero lo primero. En todo México tenemos más de 2 mil volcanes pero de estos, más o menos 10 son lo que están considerados como activos o peligrosos. Entre ellos se encuentra el Popocatépetl.
Don Goyo, como también es conocido, se ubica en los límites de Puebla, Tlaxcala y el Estado de México. Es uno de los más activos del país y, debido a que hay más de 20 millones de personas viviendo a menos de 100 kilómetros del cráter, también es uno de los más peligrosos de todo el planeta.
El protocolo de actuación ante contingencia volcánica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) explica que de acuerdo con su morfología y su evolución geológica, el volcán ha estado activo por más de medio millón de años y ha presentado varias etapas de crecimiento.
Es más, el cono moderno del volcán que conocemos está construido sobre los restos de otros volcanes que fueron destruidas por erupciones tamaño pasumecha.
Se sabe que el Popo pasó un periodo de inactividad de 70 años pero a partir de 1994 se registró un incremento paulatino de su actividad. Si bien los volcanes representan un riesgo y por lo tanto debemos estar pendientes de los peligros que presentan por la cercanía, es poco frecuente que un volcán entre en actividad de manera repentina.
En estas últimas décadas el Popocatépetl ha tenido etapas efusivas y explosivas que se explican por el crecimiento y destrucción de domos de lava en el interior del cráter.
Desde que el volcán reanudó su actividad y nos recordó que estamos muy cerca, los expertos le han dado seguimiento MUY de cerca a las etapas de actividad. Y en este sentido… ¿cuáles son las principales amenazas?
- Flujo piroplástico de material volcánico que está a muy altas temperaturas y que viaja a alta velocidad. Solo para que nos demos una idea, este material puede descender del volcán entre 100 y 400 kilómetros por hora, por lo que destruye todo a su paso.
- Flujos de lodo e inundaciones que bajan a velocidades de entre 60 y 100 kilómetros por otra. Generalmente se van hacia barrancas, así como lechos de ríos y arroyos.
- Caída de material volcánico en general, como ceniza. Sabemos que la ceniza ha alcanzado ciudades de Puebla, Estado de México e incluso poblaciones de Querétaro y Veracruz.
¿Qué tanto se puede dispersar la ceniza? El Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED) hizo un mapa sobre los posibles riesgos de la caída de ceniza y las zonas en las que es probable que caiga.
Estos mapas se hicieron gracias a proyecciones de escenarios de peligro a través de varias simulaciones por computadora. Todo esto basado en la magnitud de las erupciones y su probabilidad de ocurrencia.
Por ejemplo, este es el mapa de las zonas en donde hay una probabilidad mayor de caída de ceniza. Acá se consideran erupciones con columnas de ceniza menores a 10 kilómetros de altura.
Y es que la caída de ceniza no es un asunto que pueda ser tomado tan a la ligera. La ceniza puede traer afectaciones a la salud —en vías respiratorias, ojos y piel—, interrumpe los medios de comunicación, podría colapsar los techos de las casas por su acumulación, interrumpe las principales vías de transporte, daña los cultivos agrícolas y la vida animal, obstruye los sistemas de drenaje, contamina las fuentes de agua y su pilón: las cenizas finas pueden permanecer suspendidas por semanas en la atmósfera.
¿Cuáles son las zonas de riesgo por el Popocatépetl?
De acuerdo con lo estipulado por el Plan DN-III-E de la Secretaría de la Defensa Nacional, se consideran tres áreas de peligro principales a partir del cráter del volcán:
- La zona de alto riesgo está en un radio de 15 kilómetros y comprende 16 municipios de Puebla, 6 en Morelos y 8 en el Estado de México
- La zona de riesgo medio está en un radio de 30 a 60 kilómetros y comprende 22 municipios de Puebla, 9 en Morelos, 6 del Estado de México y 18 de Tlaxcala
- La zona de bajo riesgo está en un radio de 60 a 90 kilómetros y comprende el resto de las poblaciones cercanas al volcán
Si la actividad aumentara y fuera necesaria una evacuación, le tocaría a 30 municipios en la zona de alto riesgo y 56 en la de riesgo medio. Es decir, más o menos la población expuesta es de 3 millones 562 mil 596 personas, de las cuales 685 mil 776 están en la zona de alto riesgo.
Pero ¿quién y cómo monitorea a don Goyo?
Vamos a regresar un poco en el tiempo. Resulta que 1938 fue el último año en que el Popo tuvo actividad eruptiva antes de pasar más de 50 años en tranquilidad.
Lo bueno comenzó el 21 de diciembre de 1994 cuando se percibieron aumentos en los eventos sísmicos, cambios de temperatura y concentración de sulfatos y cloruros en el lago del cráter, en los manantiales.
Ese mismo día se produjo la primera emisión de ceniza y a las 17 horas se activaron los Programas de Respuesta y Atención a la Población en el Estado de México, Morelos y Puebla. En esa ocasión sí hubo evacuaciones preventivas.
Fue a partir de entonces cuando el Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) instaló las primeras estaciones de monitoreo del volcán con el apoyo del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y de la mano de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Ahora el CENAPRED ya cuenta con más de 20 estaciones de medición que operan en el volcán y zonas cercanas: 15 de ellas son sísmicas, 4 detectan lluvia y flujos —una mezcla de agua, ceniza, lodo y piedras—, así como cámaras de video vigilancia permanente.
El Sistema de Monitoreo Volcánico
Este sistema permanente tiene una alarma automática que alerta al personal encargado cuando la actividad del volcán aumenta. Digamos que las estaciones emiten de forma continua señales de radio que se reciben en el CENAPRED 24/7. Las señales que previenen, sobre todo, de 4 tipos de monitoreo: visual, sísmico, geoquímico y geodésico.
Ahora, a partir de esta información y de la historia geológica del volcán se detectan 3 principales riesgos:
- Erupciones pequeñas, con columnas menores a 10 kilómetros —ocurren con mayor frecuencia y representan el escenario de mayor probabilidad—.
- Erupciones medianas con columnas eruptivas de entre 10 y 20 kilómetros —la probabilidad es intermedia—.
- Erupciones grandes a muy grandes, con columnas eruptivas mayores a 20 kilómetros, con una menor probabilidad pero que son altamente destructivas.
Acá te dejamos el link del mapa de riesgos que aparecen en el CONAPRED, mismos que son adaptación de los mapas originales publicados por el Instituto de Geofísica de la UNAM. Por ejemplo, acá se muestra el mapa de riesgos por flujos piropásticos. La zona en naranja es la que más probabilidad de riesgo tiene y de ahí pal’real.
Entonces ahora sí, vamos a ver cuáles son los protocolos ante un aumento de la actividad.
Plan Operativo Volcán Popocatépetl
Así como hay un monitoreo permanente del volcán, desde hace varios años existe el Plan Operativo Volcán Popocatépetl que es, a grandes rasgos, un manual con las instrucciones de qué debe pasar y cuándo en caso de que don Goyo se nos ponga más bravo.
Existe un documento homologado con el protocolo general del Estado de México, Morelos, Puebla y Tlaxcala pero también cada uno tiene un manual específico.
En este documento, por ejemplo, aparecen las comunidades que están más cerca del volcán y que están en un riesgo muy alto en caso de que se presentara una erupción grande o muy grande. Por ejemplo, estas son las comunidades del Estado de México.
Aunque cada estado tiene su propio organigrama —no muy distinto al general—, así más o menos fluye la coordinación del plan de emergencia. El organizador del plan es la Coordinación Nacional de Protección Civil y los grupos especializados de trabajo de la Dirección de Administración de Emergencias.
Entonces, los 6 pilares principales de atención son alerta y evaluación de escenarios de riesgo, luego evacuación si es necesaria; seguridad, búsqueda y rescate; refugios temporales y sanidad; relación con las comunidades y participación social; así como la logística.
Esta, para estar más claros, es la ruta de lo que pasaría cuando el semáforo de alerta volcánica pasa de amarillo a rojo fase 1.
En conferencia de prensa reciente, el director de Análisis y Gestor de Riesgo en el Centro Nacional de Prevención de Desastres, Oscar Zepeda Ramos, explicó que en Puebla hay 10 rutas de evacuación y 205 refugios temporales en caso de ser necesario.
En el Estado de México hay 20 rutas de evacuación y 109 refugios temporales, en Morelos hay 5 rutas de evacuación y 450 refugios temporales pendientes de revisión, y en Tlaxcala hay 7 rutas de evacuación y 25 refugios temporales.
En este mapa se muestra cómo se ven las rutas de evacuación desde las faldas del Popocatépetl hacia la periferia de todos los estados involucrados. Pero si quieres conocer cuáles son las rutas por cada estado, acá mero te dejamos el link en donde están los planes operativos generales y de cada estado.
Ahora que las autoridades de Protección Civil y el CENAPRED ya anunciaron que el nivel de alerta del semáforo volcánico del Popocatépetl aumentó a Amarillo Fase 3 es importante mencionar que, aunque no hay evacuación hasta el nivel rojo, sí se tienen que comenzar a revisar las rutas de evacuación, que estén en buenas condiciones y que los refugios estén disponibles y funcionales.
Y, aunque los expertos ya anunciaron que aumentamos de fase por un aumento en la actividad del volcán, es importante mencionar que no es la primera vez. De hecho es la séptima vez que llegamos a amarillo fase 3: en 2000, 2003, 2012, 2013 (dos veces) y 2019.
Desde que el Popocatépetl “despertó” en 1994, la erupción más grande registrada hasta entonces ocurrió el 30 de junio de 1997. Esta erupción pasó después de una serie de signos vulcanotectónicos con magnitud entre 2 y 2.7.
Solo para que nos demos una idea: la intensidad de la erupción fue tal que el semáforo de alerta volcánica estuvo en color rojo por varias horas, en el máximo, pero sin iniciar ninguna evacuación.
Ahora la actividad del volcán ha incrementado pero no ha superado los niveles de 1997 o del 2020, por ejemplo. Lo que tenemos que hacer, entonces, es estar pendientes de la información emitida por Protección Civil, CENAPRED y los gobiernos estatales.
En Puebla, por ejemplo, ya se suspendieron las clases presenciales y se cambió por la modalidad a distancia. Así es como se ve un recorrido de revisión de las rutas de evacuación.
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