Expertos del INAH restauran mural de artista francesa Fitzia Mendialdua

Ciudad de México, 22 de Noviembre 2017 (Notimex).- Restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) intervinieron con fines de restauración el mural de la artista francesa Fitzia Mendialdua (1931-2015) que se ubica en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía «Manuel Velasco Suárez».

En el marco del Taller de Restauración de Arte Moderno y Contemporáneo de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), la restauradora Ana Lizeth Mata Delgado, coordinadora de los trabajos, expuso que la obra, inaugurada en 1964 en el área de radiología del nosocomio del sur de la ciudad, fue sometida a un proceso de conservación y estabilización.

La pieza, de 2.90 metros de alto por seis metros de largo, realizada ex profeso para el INNN, se compone de una técnica mixta (collage sobre fibracel); en la parte central se observa un quirófano con médicos que llevan a cabo una cirugía.

Se complementa con las imágenes de Quetzalcóatl y Tecciztécatl, que aluden al vínculo entre el sol y la luna, elementos de la cosmogonía prehispánica que se integran a la abstracción de las formas que planteó la artista con una gama extensa de la paleta cromática.

En un primer plano, abundó, se observa el mar agitado con cráneos abstractos en el oleaje, mismos que representan el sufrimiento de los enfermos, pero que alcanzan la plenitud de la salud a través de la ciencia. El mural es una de las pocas piezas en gran formato de la artista gala, quien dedicó toda su trayectoria a realizar «collage» en formato pequeño.

Mata Delgado recordó que desde el 2010 colaboran con el INNN en la restauración de su patrimonio cultural, cuando intervinieron el mural «El hombre y la naturaleza de México», del artista japonés Kiyoshi Takahashi, pero fue hasta 2012 cuando realizaron un primer diagnóstico de dicho mural.

Gran parte de los daños que desde entonces presentaba la obra se localizaban en la parte inferior, ya que estaba instalada en una zona de paso de las camillas y tránsito de los pacientes.

En 2016, cuando el INNN los convocó para su intervención, se efectuó un nuevo diagnóstico en el que se encontraron capas de suciedad y manchas de ácido oxálico que afectaron principalmente las telas y parte de la capa pictórica.

También se observaban orificios en el centro de la obra, derivados de un montaje posterior al original, así como horadaciones por golpes en la parte inferior que afectaban la estructura de la obra. Había pérdida de telas, desprendimiento de papel y, por tanto, de los estratos pictóricos, por lo que se tomó la decisión de trasladarlo a la ENCRyM para su restauración.

Ana Lizeth Mata precisó que durante el año y cinco meses que duró la restauración, contó con la participación de tres generaciones de estudiantes, dos de la ENCRyM y una de la Escuela de Restauración de Occidente (ECRO), quienes estuvieron de estadía en el STRAMC.

Como parte del ejercicio académico, abundó, colaboraron en el diagnóstico, la propuesta de intervención, la investigación histórica y los procesos de restauración, que incluyeron análisis de materiales, eliminación de suciedad, tratamiento de las telas, fijado del papel, resanes, reintegración cromática, traslado y montaje de la pieza en el INNN.

Al referirse a la técnica de factura, la especialista detalló que aunque fue catalogada únicamente como óleo, en realidad es una técnica mixta con elementos añadidos, como papel, tela (manta de cielo) y aserrín, que sirvieron para generar texturas y distintos efectos plásticos. “Todos esos componentes complejizan la obra al igual que los procesos de conservación”, indicó la experta.

Los trabajos, dijo, se centraron en la parte estructural para recuperar el plano que tenía partes muy deformadas, y ante la pérdida de rigidez en el soporte, se colocaron injertos y resanes, además se hizo una limpieza en la que se cuidó no afectar la capa pictórica, la cual presentaba una problemática de disolución y su tratamiento era delicado.

De igual forma, se recolocaron algunos textiles que estaban desprendidos; se intervinieron algunas zonas de papel, se eliminaron las partes blanquecinas, se resanaron los faltantes y se hizo la reintegración cromática.

Una vez intervenido, detalló, el mural fue reubicado en el vestíbulo de la Sala de Usos Múltiples del INNN. “Sólo está pendiente una barrera de protección que colocarán las autoridades hospitalarias para que no sufra nuevas afectaciones”.

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