Ciudad de México 28 de agosto 2017 (redaccoón).- Las nuevas mulas ahora son ligeras, van por aire y pasan desapercibidas. Desde 2015, los drones se han convertido en una fórmula ingeniosa para introducir droga en Estados Unidos.

Jorge Edwin Rivera, ciudadano de Estados Unidos que fue detenido a principios de este mes, por trasladar 13 libras de metanfetamina, el valor de esta es de 46.000 confesó que era la sexta vez que repetía el proceso desde el mes de marzo. Su método le permitía pasar el cargamento desde Tijuana y recogerlo en una gasolinera de San Diego donde aterrizaba el dron. Por cada uno de estos envíos recibió 1.000 dólares.

La droga iba oculta en una lonchera, como dicen en México. El cargamento fue interceptado por la policía fronteriza y decidieron seguirlo para dar con el detenido.

Alana Robinson, fiscal de la zona sur de California, considera que, aunque es un método de uso creciente, todavía no es popular debido al ruido que hacen estos aparatos, que llaman la atención, así como lo limitado de sus baterías. También apunta a lo limitado del peso que pueden transportar, que hace que la recompensa sea menor que si se pasa por un túnel, barco o escondido en un coche.

Estiman que Rivera es inocente y aún sigue en preso, el juez no le ha permitido acogerse a una libertad bajo fianza.

 

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